“Antes me decían loco de atar, y ahora me llaman maestro”
La revelación sobre extraterrestres le llegó cuando volaba hacia el Delta. Se había escapado del rodaje de una película.
Lo dijo Andrés Calamaro en 1984. Clarito y sin estridencias. Tan convencido estaba, que el tema fue corte de difusión de su primer disco solista: Fabio Zerpa tiene razón. Hace casi dos meses el FBI desclasificó documentos de lo que se conoce como el caso Roswell y, la semana pasada, la Fuerza Aérea Argentina anunció la creación de una comisión especial para investigar el fenómeno OVNI. Pero Zerpa no se sorprende por la noticia.
Sorpresa debe haber sentido el 17 de noviembre de 1959, cuando se escapó del rodaje de la película Cóndores de acero con el capitán Alexi De Nogaetz para ir desde la base aérea de Morón hacia la isla Mazaruca, en el Delta.
Mientras pasaban sobre San Miguel, a 800 metros de altura, vieron a su izquierda un bolígrafo volador.
¿Pero lo estaba buscando?
Ni remotamente. No tenía información, no sabía sobre el tema, nada. Y me puse a investigar.
Antes de avanzar con los extraterrestres conviene contar que este terrestre tiene 82 años y es descendiente de un inmigrante austríaco que se enamoró de Rosario del Colla, cerca de Colonia, Uruguay. Que tuvo un buen pasar y una educación aristocrática. Que es profesor de Historia y estudió Derecho, Antropología, Psicología, Sociología.
Que en 1951 cruzó el charco para actuar y compartía penurias con Juan Carlos Mareco y Julio Sosa (de hecho, es tesorero de la Academia Nacional del Tango). Y que, finalmente, un mediodía se topó con este objeto plateado, parecido al Graff Zeppelin.
En esa época no había cámaras digitales, ni zoom, ni internet...
Mandábamos cartas entre los 10 o 15 locos que lo estudiábamos. Había un par de libros y no más. Al principio lo negaba y cuando aparecían testigos, me tenían que convencer.
En 1963 bajan siete naves en una estancia tucumana y dejan un residuo de combustión que mandé a analizar: era carbonato de calcio y de potasio, dos elementos que no se unen y no se encuentran en tierra tucumana.
Entonces empezó a pensar en la posibilidad, y con esa apertura fue creciendo la búsqueda en la que exploró la parapsicología, las vidas pasadas y temas como la vida intraterrestre (por ejemplo, en la Cordillera de los Andes) sobre lo que en septiembre presentará un libro.
En los 70 estudió con Conny Méndez y con Carlos Castaneda, pero probablemente esto viniera de antes: guarda el recuerdo de aquella vez que, con seis años, vio a Krishnamurti por las calles de Montevideo.
¿Hay ovnis por todos lados?
La fundación (www.fabiozerpa.com.ar) recibe mails todo el tiempo. Ahora la gente se anima a contar. Antes me llevaban a un costado y me lo decían en voz baja. Cambió la cultura del ovni.
El fin del mundo, la era de Acuario... ¿qué está pasando?
El fin del mundo no existe. Se está produciendo un gran cambio, del que vengo hablando desde hace 30 años. Antes me decían loco de atar y ahora me llaman maestro. No soy ni uno ni otro, soy investigador y trato de buscar el sí y el no.
Los profetas de todos los tiempos hablan de que termina la etapa de la oscuridad y viene la de la luz, el amor, dorada, como la llaman.
Como sociólogo e historiador creo que todos los cambios son culturales y luego viene el resto. Ahora trabajo con una disciplina que llamo “Sabiduría del ser”.
¿Cómo es eso?
Hay que preparar el adentro, la parte espiritual del ser humano. Los últimos 2300 años nos llevan a la idea de que todo pasa por la razón y la lógica. Y no es así.
Como si Occidente empezara a mirar de otra manera Oriente...
No es casualidad que en este momento los imperios sean China, India y en América, Brasil, con el tudo bom.
Entre todos estamos creando lo que yo llamo el homo spirtualis y dejamos atrás al homo sapiens. Descartes dijo el famoso cogito ergo sum, pienso y luego existo, pero yo digo no es pensar, es meditar.
Habrá que preguntarle a Calamaro qué piensa al respecto.
fuente
Sorpresa debe haber sentido el 17 de noviembre de 1959, cuando se escapó del rodaje de la película Cóndores de acero con el capitán Alexi De Nogaetz para ir desde la base aérea de Morón hacia la isla Mazaruca, en el Delta.
Mientras pasaban sobre San Miguel, a 800 metros de altura, vieron a su izquierda un bolígrafo volador.
¿Pero lo estaba buscando?
Ni remotamente. No tenía información, no sabía sobre el tema, nada. Y me puse a investigar.
Antes de avanzar con los extraterrestres conviene contar que este terrestre tiene 82 años y es descendiente de un inmigrante austríaco que se enamoró de Rosario del Colla, cerca de Colonia, Uruguay. Que tuvo un buen pasar y una educación aristocrática. Que es profesor de Historia y estudió Derecho, Antropología, Psicología, Sociología.
Que en 1951 cruzó el charco para actuar y compartía penurias con Juan Carlos Mareco y Julio Sosa (de hecho, es tesorero de la Academia Nacional del Tango). Y que, finalmente, un mediodía se topó con este objeto plateado, parecido al Graff Zeppelin.
En esa época no había cámaras digitales, ni zoom, ni internet...
Mandábamos cartas entre los 10 o 15 locos que lo estudiábamos. Había un par de libros y no más. Al principio lo negaba y cuando aparecían testigos, me tenían que convencer.
En 1963 bajan siete naves en una estancia tucumana y dejan un residuo de combustión que mandé a analizar: era carbonato de calcio y de potasio, dos elementos que no se unen y no se encuentran en tierra tucumana.
Entonces empezó a pensar en la posibilidad, y con esa apertura fue creciendo la búsqueda en la que exploró la parapsicología, las vidas pasadas y temas como la vida intraterrestre (por ejemplo, en la Cordillera de los Andes) sobre lo que en septiembre presentará un libro.
En los 70 estudió con Conny Méndez y con Carlos Castaneda, pero probablemente esto viniera de antes: guarda el recuerdo de aquella vez que, con seis años, vio a Krishnamurti por las calles de Montevideo.
¿Hay ovnis por todos lados?
La fundación (www.fabiozerpa.com.ar) recibe mails todo el tiempo. Ahora la gente se anima a contar. Antes me llevaban a un costado y me lo decían en voz baja. Cambió la cultura del ovni.
El fin del mundo, la era de Acuario... ¿qué está pasando?
El fin del mundo no existe. Se está produciendo un gran cambio, del que vengo hablando desde hace 30 años. Antes me decían loco de atar y ahora me llaman maestro. No soy ni uno ni otro, soy investigador y trato de buscar el sí y el no.
Los profetas de todos los tiempos hablan de que termina la etapa de la oscuridad y viene la de la luz, el amor, dorada, como la llaman.
Como sociólogo e historiador creo que todos los cambios son culturales y luego viene el resto. Ahora trabajo con una disciplina que llamo “Sabiduría del ser”.
¿Cómo es eso?
Hay que preparar el adentro, la parte espiritual del ser humano. Los últimos 2300 años nos llevan a la idea de que todo pasa por la razón y la lógica. Y no es así.
Como si Occidente empezara a mirar de otra manera Oriente...
No es casualidad que en este momento los imperios sean China, India y en América, Brasil, con el tudo bom.
Entre todos estamos creando lo que yo llamo el homo spirtualis y dejamos atrás al homo sapiens. Descartes dijo el famoso cogito ergo sum, pienso y luego existo, pero yo digo no es pensar, es meditar.
Habrá que preguntarle a Calamaro qué piensa al respecto.
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