al menos 1,5 millón de jóvenes
Con los ‘ni ni’ la Argentina se juega su futuro
Un dossier especial sobre los jóvenes que no trabajan ni estudian. Su hipoteca sobre el porvenir, su condición de grupo social heterogéneo y el análisis de los anteriores planes, educativos y laborales, que los tuvieron como beneficiarios.
Origen. El neoliberalismo y los 90 no son la única razón de la situación de hoy: a 14 años de iniciados los 2000, siguen afuera de todo. Y en los últimos tiempos, el fenómeno se ha agudizado. | Foto: Cedoc
La Argentina tiene varios problemas sociales: 25% de pobreza, 32% de informalidad laboral, altos niveles de desigualdad, aumento de la violencia en los hogares y también mayor consumo y venta de droga.
Pero tiene un “problemón” social: cerca de 1,5 millón de jóvenes que no estudian, no trabajan o lo hacen en forma precaria. Esa es la cuestión social más crítica que tiene nuestro país y en donde se juega si tendremos futuro o no.
Se trata de jóvenes 18 a 24 años que están sin hacer nada o que entran y salen del trabajo y del ámbito educativo con frecuencia. No tienen problemas para realizar tareas, pero les cuesta sostener la rutina del trabajo.
Para ellos lo difícil no es entender qué hacer, sino ir a trabajar todos los días ocho horas, en parte porque muchos no han visto trabajar ni a sus padres ni a sus abuelos.
La misma situación se da en la escuela, en donde el desafío es sostenerse, evitar el desenganche y la abulia. Por eso es necesaria una reforma que revise los objetivos de la escuela secundaria y los vincule con los sectores productivos y los intereses de los jóvenes, que incorporan muy rápido las nuevas tecnologías.
Son muy pocos los jóvenes que “nunca” estudian ni trabajan.
En la mayoría de los casos entran y salen: están un tiempo en la escuela, no logran sostenerse y se quedan afuera o enganchan un trabajo con mucha dificultad que, generalmente, no termina de darles continuidad.
El hacinamiento y las adicciones aumentan los problemas: un ciclo frecuente en los grandes centros urbanos –Rosario, Córdoba, conurbano bonaerense– es el de un chico que, hacinado en su casa, se va a la esquina porque hay más lugar y mejores condiciones. Ahí empieza a consumir porque todos lo hacen y luego se endeuda.
Allí es donde se le acerca alguien a ofrecerle cualquier alternativa para cancelar esa deuda. Esta es una realidad de la que muchos son víctimas y se completa con una creciente estigmatización que los identifica como culpables de la inseguridad. A esto hay que agregar el alto porcentaje de embarazo adolescente que reproduce nuevamente el esquema de hacinamiento y vuelve a complicar las cosas.
Al que engancha un trabajo o una “changuita” también se le complica porque cuando vuelve al barrio, ve que gana menos que el que vende droga o está vinculado a otra actividad. Esta situación aumenta la falta de horizonte e instala la idea de “no saber para dónde ir”, porque da la impresión de que les va mejor a los que andan por la banquina.
Así, un serio problema es que el que estudia y trabaja no es al que le va mejor en el barrio, con lo cual la lectura que cualquier joven puede hacer es que la movilidad social ascendente no pasa hoy por el trabajo, sino por los caminos alternativos.
Este fenómeno no es nuevo, pero sin dudas se ha agudizado en los últimos años. Los jóvenes “ni ni” surgen como producto de la crisis social, el desempleo y la movilidad social descendente de los 90 que llevó a que, por primera vez en Argentina, la generación de los hijos estuviera peor y tuviera menos oportunidades que la de sus padres. En ese período se consolida la tercera generación de no trabajo –jóvenes que no han visto ni a su padre ni a su abuelo trabajar con continuidad–.
Pero el neoliberalismo y los 90 no son la única razón de la situación de hoy: a 14 años de iniciados los 2000 siguen afuera de todo.
Se podría decir que los 90 marcaron la precarización, el desempleo y el desenganche de los jóvenes respecto del mundo laboral, mientras que en la última década se agudizó el aumento de venta de droga en los barrios, el mayor acceso a armas y la idea de que hay caminos alternativos que parecen ser más rentables que el estudio y el trabajo.
Si los 90 marcaron para los jóvenes la movilidad social descendente, en la última década ese proceso se detuvo, pero no se logró construir un nuevo mecanismo de ascenso social. En ese contexto, el Estado ha dado algunas respuestas con acciones como la Asignación Universal por Hijo –que cubre hasta los 18 años– y los programas Más y Mejor Trabajo (Ministerio de Trabajo) y Conectar Igualdad (Ministerio de Educación).
El sector privado financia más de 10 mil becas educativas por año y las organizaciones sociales han extendido redes de acompañamiento escolar y capacitación laboral.
Todas estas iniciativas marcan la preocupación que la sociedad tiene respecto de la integración de los jóvenes. Sin embargo, el problema es claramente de una escala mayor y por eso se requieren nuevos instrumentos, muchos recursos, articulación de acciones y una política de Estado que fije como prioridad la inclusión.
Posibles soluciones
El anuncio reciente de la puesta en marcha del plan Progresar para jóvenes de 18 a 24 años que no estudian, no trabajan o tienen trabajo precario es, sin dudas, una buena iniciativa y tiene la intención de llegar a una población que realmente está fuera de todo y a la que hasta aquí el Estado no ha logrado cubrir.
El esquema de transferir $ 600 por mes para que los jóvenes completen el ciclo educativo también parece una buena iniciativa en la medida en que, sin un incentivo económico, difícilmente el Estado pueda dar o vincularse con los jóvenes excluidos que están en los “no lugares” –en la esquina, en la plaza, en la puerta de un kiosco, etc.–.
Ahora bien, está claro que con ello no alcanza en absoluto y que la sola transferencia de dinero no va a generar un cambio en las condiciones de vida o en las oportunidades de los jóvenes. De allí la necesidad de avanzar en varias acciones que complementen la transferencia de dinero:
◆ Red de tutores:
es clave generar una red de tutores con personas que tengan legitimidad. Por ejemplo, una maestra que tiene buena llegada, un referente barrial o religioso.
Se trata de potenciar una red de tutores creíbles a los que los jóvenes sientan que no deben fallarles y que los ayuden a sostenerse en el trabajo o en la escuela. La clave es acompañar y generar espacios de capacitación y entrenamiento en función de sus perfiles y preferencias.
◆ Derecho al primer empleo: una política central es promover el derecho al primer empleo a través de exenciones impositivas a las actividades productivas que incorporen masivamente a jóvenes. Debería ser un derecho que actúe como una política laboral permanente de estímulo fiscal a las empresas que contraten formalmente a jóvenes.
◆ Masificación del crédito: los jóvenes no acceden al crédito bancario por falta de garantías. La masificación de los sistemas de créditos con montos pequeños favorecería la vocación emprendedora y el desarrollo de innovaciones productivas.
El desafío es llegar con tasas de interés subsidiadas para jóvenes que tengan buenos proyectos y apostar a la calidad de sus ideas.
◆ Sistema dual en la escuela secundaria: existe un abismo entre la escuela y el trabajo. De hecho, gran parte de los jóvenes desocupados tiene secundaria completa.
Para achicar esa brecha, la idea es ir a un sistema dual, donde en los últimos años un joven está en la escuela y además hace pasantías o capacitaciones específicas, de modo que pueda empalmar estudio y trabajo.
◆ Escuelas de oficios locales: es necesario trabajar paralelamente los problemas de oferta y de demanda. La conformación de escuelas de oficios es una alternativa importante para la inserción de muchos jóvenes en la economía social, ya que se trata de una formación dinámica, flexible y, sobre todo, vinculada a la producción local.
Finalmente, crear una Unidad Especial de Combate a la Venta de Droga. Es claro que aumentó la venta de droga en los barrios y que una “changuita” paga menos que la venta de droga.
Y hay familias que se preguntan si no es más conveniente poner una cocina de paco que esforzarse en actividades lícitas. Para enfrentar esto, hay que generar un esquema institucional especial –por fuera del esquema de seguridad actual– con la única función de detectar los puntos de venta y eliminarlos.
La idea de que los jóvenes son el futuro es buena si logramos que tengan presente. Desarrollar acciones que realmente impacten sobre sus vidas cotidianas, recuperen el sentido del esfuerzo y la búsqueda del progreso, es la prioridad que nos permitirá construir la Argentina del mañana.
La puesta en marcha del plan Progresar da cuenta de que hay un vacío grande en el vínculo con los jóvenes y eso, de por sí, es un avance.
Pero es clave poder hacerlo bien, evitar la tendencia al clientelismo y a la discrecionalidad, y generar un sistema que realmente dé oportunidades educativas y laborales para los jóvenes.
Los programas sociales nunca son inocuos. Cuando funcionan mal, promueven la frustración, la idea de que nada se puede hacer.
Hay que lograr que este programa funcione bien y cumpla sus metas porque si no, como en el juego de la oca, la política pública va a retroceder cinco casilleros respecto de las expectativas de los jóvenes, y corremos el riesgo de que consoliden una idea que tienen muy arraigada: que muchos hablan, pero nadie hace nada por ellos.
*Ex secretario de Políticas Sociales de la Nación y ex ministro de Desarrollo Social de la provincia de Buenos Aires. Autor del libro Las cuatro Argentinas. fuente
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/informacion-general/articulos/buscar-trabajo-empleo-por-internet-428.html

![#AComerNueces
La nuez brinda un equilibrado aporte de grasas, las cuales representan casi dos tercios de tu peso (62%). Aunque erróneamente mucha gente no la consuma por esta razón, precisamente la mayor virtud de la nuez es la composición de sus lípidos. El 94% son insaturados y el 76% son ácidos grasos esenciales, los cuales están muy próximos a la relación ideal (4 a 1) entre los omegas 6 y 3.
Apenas 30 gramos diarios de nueces cubren nuestras necesidades básicas de AGE. Sólo este aspecto sirve para explicar su magnífico rol benéfico en los problemas cardiovasculares, recomendando la FDA (Administración de Drogas y Alimentos de EEUU) el consumo de 40 gramos de nueces al día, para reducir estos padecimientos.
La nuez es pobre en hidratos de carbono (14%), lo cual la hace muy bien tolerada por los diabéticos y muy útil para acompañar otros alimentos ricos en carbohidratos. En cuanto a proteínas, posee similar porcentaje y de buena calidad, aunque es carente en un aminoácido (metionina) que abunda en los cereales como el arroz, el trigo y la avena; estos a su vez son carentes en aminoácidos abundantes en la nuez (lisina, treonina). Por ello, este tipo de combinaciones incrementa el valor biológico de las proteínas.
También la nuez es rica fuente de glutatión, proteína esencial en la desintoxicación hepática, excelente anticancerígeno, protector de la peroxidación de los ácidos grasos y componente esencial de enzimas que desactivan los peligrosos radicales libres.
Otra virtud de las nueces es su aporte en vitaminas. Si bien posee un amplio espectro, se destaca la presencia de varios integrantes del grupo B. Nos referimos a la B1, B2 y B6. La primera (tiamina) es necesaria para el buen trabajo cardiaco y para la estabilidad del sistema nervioso; la última (piridoxina) es básica para el correcto funcionamiento cerebral y para la buena producción de glóbulos rojos. La nuez también aporta una buena dosis de vitamina E (el tocoferol, de reconocidas propiedades antioxidantes) y ácido fólico.
A nivel de minerales, la nuez ofrece una provisión completa y equilibrada. Aporta buenos niveles de fósforo, potasio, hierro, magnesio y calcio, con bajo contenido de sodio; todo lo cual favorece al sistema cardiovascular. Pero además las nueces son muy ricas en microminerales. Es el caso del zinc (en concentración más alta que carnes y pescados), el cobre y el manganeso. Estos oligoelementos son claves en la inmunología, la anemia, las funciones reproductivas y sobre todo en la buena síntesis de los eicosanoides saludables.
Pero aquí no terminan las virtudes de este prodigioso alimento. Las nueces son el alimento vegetal que presenta la mayor cantidad de antioxidantes, lo que podría contribuir a prevenir enfermedades coronarias, distintos tipos de cáncer e incluso la demencia. Esto lo afirma un estudio realizado por científicos noruegos y estadounidenses, que analizó más de mil alimentos, aseverando que las nueces contienen más cantidad de antioxidantes que naranjas, espinacas, zanahorias o tomates, que se consideraban los alimentos con mayores niveles. En concreto, las nueces poseen 20,97 unidades de antioxidantes por cada cien gramos, veinte veces más que la cantidad presente en naranjas (1,14), espinacas (0,98), zanahorias (0,4) o tomates (0,31). Entre estos antioxidantes figura el ácido elágico, de comprobado efecto antitumoral.
Como indican sus componentes, la nuez puede considerarse un tónico de los sistemas nervioso y circulatorio. Es útil en arteriosclerosis, insuficiencia cardiaca, angina de pecho, hipercolesterolemia, irritabilidad, depresión, estrés, agotamiento nervioso, Parkinson, Alzheimer, tumores, cálculos biliares, anemia, debilidad, exigencia intelectual, esterilidad, asma, artritis, impotencia sexual, diabetes, cálculos renales, problemas de piel, dietas vegetarianas y debilidad estomacal.
Dada su riqueza constitutiva, tiene poco sentido procesar la nuez para producir un aceite de difícil conservación y que pierde muchos nutrientes en la manipulación. En cambio se hace interesante su consumo simplemente pelada, entre horas, adicionada a platos principales o como alimento de reserva (caminatas y excursiones). Se recomienda buena masticación e insalivación para facilitar su digestión. La nuez combina muy bien con cereales, frutas pasas (granolas) y sobre todo con frutas frescas y ensaladas crudas.
También se puede licuar con agua para dar lugar a una nutritiva leche vegetal. Una bebida interesante se obtiene procesando un par de frutas jugosas (manzanas, duraznos o peras), una cucharada de germen de trigo, un puñado de nueces, una cucharada de miel de abejas y agua a voluntad.
Párrafo aparte para la nuez de pecán (Carya illinoensis), especie autóctona de América del Norte, diseminada luego en todo el continente. Respecto a la nuez común, posee la cáscara más fina, formato más alargado, pulpa más dulzona y mayor contenido de lípidos. En realidad, resulta ser el alimento natural con mayor contenido graso (72%), siendo insaturados el 84% de sus lípidos. Posee menos proteína que la nuez (9%) y similares hidratos de carbono. Tiene buena dosis de vitaminas A, B1, B2 y C. En materia de minerales se destaca el contenido de potasio (el doble que la nuez), hierro, fósforo y calcio.
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![El clavo de olor es una especia que se cultiva en muchas zonas del mundo y se obtiene tras un proceso de secado de sus flores, que contienen un aceite esencial de gran valor medicinal. El té de clavo de olor específicamente ofrece diversos beneficios para la salud. Mezclado con otras hierbas como el jengibre y la canela potencia mucho más sus propiedades.
-Digestión
El té de clavo de olor ayuda a lubricar las vías digestivas y a curar las diarreas. En el continente asiático se emplea para reducir problemas digestivos, como ardores en el estómago o flatulencias. Las personas que visitan países nuevos sufren muchas veces de diarreas causadas por el cambio brusco de ambiente. Un buen remedio es tomar una infusión de clavo de olor, pues posee una sustancia llamada eugenol que favorece su curación.
-Enjuague bucal
Un excelente enjuague bucal de origen natural puede realizarse a base de té de clavo de olor, lo que estabiliza la salud dental. Por otra parte, una infusión concentrada de esta especia es muy eficaz contra el dolor de muelas. El consumo regular de este té de clavo previene la formación de placas y puede aliviar el dolor de las encías.
-Afrodisíaco
En los países asiáticos se utiliza como afrodisíaco un té preparado con clavo de olor, jengibre y canela pues favorece la excitación.
-Envejecimiento
El consumo frecuente de té de clavo de olor enlentece el proceso de envejecimiento ya que contiene propiedades antioxidantes que ayudan a eliminar muchos síntomas propios de la edad. Además activa el metabolismo y mantiene la estabilidad en las condiciones generales de salud corporal.
Se recomienda tomar el té de clavo de olor al menos una vez a la semana para así aprovechar todos los beneficios que dicha infusión le confiere a nuestro organismo.
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