La sospechosa calidad del agua del grifo en España y en todo el mundo
y no digamos en el Tercer Mundo, ha hecho que se generalizara el
consumo del agua envasada o embotellada en plástico.
Y eso se ha
generalizado en quienes pueden permitírselo.
Pero hablando primero del
acceso universal al agua, los occidentales o los del primer mundo
olvidamos cifras globales como éstas:
- Existen 1100 millones de personas sin acceso a agua potable segura.
- 2.600 millones (un 40 % de la población mundial) no tienen acceso a instalaciones sanitarias adecuadas.
-
Del mínimo de 20 litros de agua al día para beber y asearse, esos 1.100
millones tienen acceso a solo 5 litros diarios y, a veces, contaminada.
- Un europeo gasta por día de 200 a 300 litros, y un norteamericano 575 litros.
- 1.800.000 niños mueren anualmente, en su mayor parte debido a la diarrea infantil."
- El 80% de todas las enfermedades de los países en desarrollo se origina a raíz del consumo de agua contaminada.
Hay que apostar por el agua del grifo
como la opción más económica y más saludable para el medio ambiente,
quizá se promocione el negocio de los filtros de agua, pero
decididamente el coste medioambiental es mucho más reducido que el del
agua embotellada.
Pero los consumidores de todo el mundo que
pueden, se han pasado al agua envasada o embotellada. Y gastan
colectivamente al año más de 100.000 millones de dólares en agua
embotellada en la creencia – equivocada según los expertos - de que es
mucho mejor.
El consumo mundial de agua envasada creció a 155 mil
millones de litros en 2004, 57 mil millones más que en 1999. El agua
embotellada nos la presentan como un producto que protege nuestra salud y
que es señal de calidad de vida, respetuosa con el medio ambiente y por
supuesto, una forma de liberarnos del agua del grifo.
No se cuestiona
que el agua potable limpia y barata sea esencial para la salud de
nuestra comunidad global – afirmó Arnold- pero el agua envasada no es la
respuesta en el mundo desarrollado, ni es la solución a los problemas
de miles de millones de personas que carecen de un abastecimiento de
agua segura. Ampliando y mejorando el tratamiento de aguas y el
saneamiento de los sistemas existentes sería más factible proporcionar
fuentes seguras y sustentables de agua en el largo plazo.
Los
países miembros de Naciones Unidas acordaron reducir a la mitad la
proporción de gente que carece de acceso confiable y duradero al agua
potable segura para el año 2015. Para alcanzar esta meta, habría que
duplicar los 15.000 millones de dólares destinados cada año al
abastecimiento y saneamiento del agua, a la que en 2014 estamos lejos de
llegar.
Pero si en sí esa cantidad puede parecer enorme, palidece en
comparación a los 100 mil millones estimados como el gasto anual en agua
envasada. Palidece mucho más si se lo compara con el astronómico gasto
mundial en armamentos.
Recientemente un corresponsal de esta web,
contemplo en una conferencia sobre el medio ambiente algo insólito. De
los 14 asistentes a ese foro europeo 13 tenían delante de ellos, un
botellín de agua envasada. El representante ecologista tenía una taza
humeante que luego se convirtió en te.
Como un beduino en el desierto.
Greenpeace denunció hace tiempo que en el mundo se utilizan casi cuatro
millones de toneladas de plástico para envasar ese agua. Un portavoz de
esa organización recordó el pasado verano que el plástico genera cientos
de veces más CO2 que el agua que contiene. El agua embotellada nos dijo
es peligrosa, por dos conceptos: por la propia botella de plástico y
por el agua misma.
El agua potable nos llega a través de una infraestructura que gasta
energía de manera económica, mientras que el agua envasada se transporta
a distancias a menudo largas a través del territorio por barco, tren,
camiones.
Esto implica quemar cantidades masivas de combustibles fósiles
con mucha menos justificación lógica que el transporte de alimentos.
El
envasado de agua utiliza más combustibles fósiles. La mayoría de las
botellas de agua se fabrican con tereftalato de polietileno, un plástico
derivado del petróleo crudo. Una vez vaciada, la botella debe ser
desechada. Según el Instituto de Reciclaje de Envases, el 86% de las
botellas plásticas de agua usadas en EE.UU. se convierten en basura o
relleno ose tiran simplemente al mar generando otro problema. La
incineración de las botellas usadas genera subproductos tóxicos tales
como el gas clorado.
Las botellas enterradas pueden tardar hasta 1.000
años en biodegradarse. Por otro lado las toxinas que se encuentran en
los plásticos pueden persistir largo tiempo en el medio ambiente porque
los polímeros plásticos no llegan a biodegradarse por completo, respecto
al ciclo de uso, al final sólo una de cada cinco botellas de plástico
se reciclan.
Las cifras del negocio del agua hablan por si solas.
En la década de 1970, el volumen anual de agua embotellada en todo el
mundo rondaba los 1.000 millones de litros. En la siguiente década se
dobló el consumo, sin embargo fue a partir del 2000 cuando el
crecimiento ya fue exponencial.
El consumo global de agua
embotellada alcanzaba los 154.000 millones de litros, y eso suponía un
aumento del consumo del 57% respecto al del año 2001. En el año 2006,
subió un 5´6 %. Esto representaba un gasto de unos 100.000 millones de
dólares. El precio medio de un litro de agua embotellada estaba en los
0, 65 dólares, según un estudio publicado por Earth Policy Institute en
los Estados Unidos en 2006.
La moda del agua embotellada es aún
mayor en Europa.
Alemania consume 10.300 millones de litros, Francia
8.500 millones de litros y España unos 5.500 millones de litros. En
España el litro de agua del grifo costaba, en el año 2004, 0, 00096
euros. Como se puede comprobar el negocio es fabuloso.
Los
italianos tienen una media de consumo, de 183, 6 litros por persona/
año, los mexicanos 169 litros, los franceses y belgas 145 y los
españoles de 136, 7 litros anuales. Aunque cifras comparativas por cada
habitante son imposibles de hacer por la demografía sí podemos decir que
el consumo de agua embotellada ha triplicado en la India y doblado en
China. En realidad se constata que el agua embotellada compite en precio
con la gasolina...
En cuanto al gasto en agua, el año 2001, los
norteamericanos se gastaron 6.880 millones de dólares, en el año 2006 ya
eran unos 10.980 millones de dólares, con un consumo de 25.800 millones
de litros de agua embotellada. Esto supone un crecimiento superior
anual al 9%, según los datos aportados por Beverage Marketing
Corporation y la Internacional Bottled Water Association. El consumo
medio anual de agua embotellada de un norteamericano estaba en torno a
los 91 litros por persona/año.
El consumo per cápita del agua
embotellada en México (un país caluroso) alcanzó los 170.7 litros en el
2011, con lo cual se situó como tercer consumidor mundial, superado por
Estados Unidos y China, según cifras de la consultoría Euromonitor.
Durante el 2013, los mexicanos consumieron 18.808 millones de litros de
agua embotellada, 8.7% más frente al 2010.
Los proveedores
principales de agua embotellada sin gas del mercado mexicano son Estados
Unidos (50.75%), Francia (31.8%) y Fiji (8.27 por ciento). En relación
con las aguas minerales y gasificadas, México importa el producto de
Francia (49%), Estados Unidos (37.4%) e Italia (8.9 por ciento).
Respecto a los gringos diremos que apareció en una en una web mexicana
que es preferible que manden agua que armas para matar, pero lo malo es
que EE.UU. sigue enviando ambas.
Otra cosa es el costo de producir
agua envasada que es 10.000 veces más caro que el agua corriente. Y el
consumo mundial de agua embotellada se acerca a 200.000 millones de
litros, que generan unos beneficios 61.000 millones de dólares.
Lo que se suele ignorar es que el 40 % del agua embotellada proviene
del agua suministrada por servicios públicos municipales, es decir,
agua del grifo. El 22 % del agua embotellada analizada contiene
productos químicos contaminantes por encima de los niveles permitidos de
salubridad.
Las fábricas embotelladoras famosas también cogen
frecuentemente el agua que embotellan, de la misma red de agua que llega
al público. El desprestigiado grifo. En muchos casos, como -dicen que
es práctica en Coca Cola, lo que hacen es agregarle un paquete de
minerales, así la denominan ‘agua mineral’,
consiguiendo aumentar de
esta forma su precio, convirtiéndose en uno de los mayores negocios del
mundo.
En Quebec no se bebe el vino en botellas de vidrio ni de
plástico sino de cartón y de ahí a la confusión de quien cree ver en una
botella verde Perrier.
A ese respecto tanto los franceses como los
canadienses han elevado sus protestas a la casa Nestlé, que es la que
fabricaba y fabrica Perrier. Es uno de los más genuinos productos de
Francia que no cambió ni con la ocupación alemana y se dice que la casa
Nestle ha sufrido cuantiosas pérdidas. En España no ha ocurrido que
sepamos nada semejante y la gente ha pasado al plástico, sin protestas.
El
periódico británico ‘The Guardian’, resume el proceso que se sigue en
muchos casos con el agua embotellada: ‘Tome agua del grifo de Londres,
sométala a un proceso de depuración, denominándola ‘agua pura’ agregue
un poco de cloruro de calcio que contenga bromuro, lo cual no es un
problema, convirtiéndose en bromato que sí lo es. Envíe estas botellas
de agua al comercio, conteniendo el doble del límite legal de bromato y
el negocio es suculento’.
Sirva como ejemplo, que en marzo de
2004, Coca Cola reconoció en Reino Unido que el agua de su marca Dassain
era agua común y corriente del grifo, que se vendía en botellas de
medio litro. Se retiraron más de medio millón de botellas del mercado
argumentando que habían detectado niveles de bromato que excedían las
normas legales británicas.
Otro capítulo es el de las botellas vacías que van a la basura o al mar y no son biodegradables
Se
está pagando en muchos casos hasta 10.000 veces más por cada litro de
agua embotellada que la que se paga por el agua de grifo. Por el mismo
precio de una botella de agua embotellada se podría abastecer con 3.000
litros de agua de grifo.
Estas industrias están contribuyendo a la
destrucción de las fuentes de agua públicas con el objetivo de
abastecer de ‘agua pura’ a la élite internacional, mientras el Tercer
mundo muere de sed. Y no es solo una frase.
Estas empresas son
depredadoras del agua, buscando continuamente nuevas fuentes hídricas
para cubrir sus insaciables necesidades de negocio, comprando
continuamente derechos de agua a los agricultores, una vez que los
agotan los abandonan creando numerosos problemas ecológicos.
El
agua pública tiene que pasar estrictos controles de calidad, mientras
que el agua embotellada depende de las decisiones de la empresa que la
produzca y de la cantidad de costos que quiera ahorrar. Además, para
generar una sola botella de agua embotellada se necesita la cantidad de
agua corriente que cabe en tres botellas. Y por si fuera poco la
producción de las botellas de agua es uno de los procesos más
contaminantes que existen.
Cada año se usan 17 millones de barriles de
petróleo para producir todas las botellas de plástico que contendrán el
agua embotellada que se venderán en tal periodo. Esa cantidad de
petróleo es el mismo que usan un millón de coches en un año.
Desde
1990 y antes el sector del agua embotellada ha sido un boom en todo el
mundo, y se ha convertido uno de los negocio más rentables hoy, a pesar
de la crisis, pero también de los menos regulados, lo que da lugar a
abusos auténticamente escandalosos.
En América del Sur, las multinacionales norteamericanas y europeas
están comprando grandes zonas de naturaleza salvaje en la que se
incluyen sistemas hidrográficos integrales. Estas empresas agotan no
sólo los sistemas de su propio terreno sino las zonas circundantes.
Esto
es lo que sucedió en Tillicum Valley en la Columbia Británica, donde la
empresa Canadian Beverage Corp. ha estado explotando el agua
subterránea de la región de forma tan intensa que los habitantes y
agricultores de la zona se quedaron sin ella.
Y todavía peor: en un
programa de una oficina de control de medio ambiente en un país
americano, se analizaron 390 estaciones de medidas de aguas
subterráneas, con prioridad en los sitios de captura del vital líquido
en zonas agrícolas.
Y un 40% de ellas revelaban la presencia de
pesticidas, principalmente herbicidas. El 10% de ellas presentaban
incluso concentraciones superiores a los microgramos tolerados por
litro. Valores que sobrepasan las exigencias legales para la calidad de
las aguas potables.
Esta industria embotelladora de agua repite
que es respetuosa con el medio ambiente pero esto no es así, pues como
vemos usa el agua de una forma poco considerada y además el 90 % de los
envases que utiliza son de plástico.
Todos los que van por el campo con
los ojos abiertos puede ver en él infinidad de estos envases que son
fuertemente contaminantes del medio ambiente... y eternos. Y no digamos
los que navegan por cualquier mar. Esas empresas embotelladoras nos
dirán que cumplen la ley escrupulosamente en este tema, pero aún siendo
así, hacemos votos porque los envases de plástico desaparezcan con
carácter urgente.
El derroche energético también es importante:
sirva como ejemplo que para producir el agua embotellada que se consume
en Estados Unidos se necesitan quemar 1, 5 millones de barriles de
petróleo, cantidad suficiente para alimentar los motores de 100.000
coches durante un año. En España eso equivale a unos 330.000 barriles de
petróleo lo que supone el gasto de unos 22.000 coches.
Actualmente
este negocio empieza a ser cuestionado. La ciudad de Nueva York ha
lanzado una campaña publicitaria animando a sus ciudadanos al consumo
del agua de grifo, en medio de la protesta de las multinacionales del
agua. Emily Lloyd, responsable del Departamento de Protección Ambiental
de Nueva York dice: ‘El agua embotellada utiliza mucha más energía que
la del grifo tanto en la producción como en el transporte y el agua del
grifo sirve para algo más que para ducharse o lavar los platos’.
La
ciudad de San Francisco ha prohibido la compra de agua embotellada por
parte de las instituciones públicas y muchos restaurantes del Estado de
California ya han dejado de servir agua mineral. Sería bueno que
cundiera el ejemplo entre nosotros.
Sin embargo en las reuniones de ejecutivos, partidos políticos, convenciones, etc...
Cada
asistente se encuentra en la mesa al entrar una botella de agua o
botellín, del cual no bebe ni la mitad. Como nos han dicho antes los de
Greenpeace.
Es hora que se acabe este escandaloso negocio
y que tenga una regulación mucho más exigente que la actual en el
apartado económico, sanitario y medio ambiental. Se puedo entender que
el negocio privado genere beneficio, pero no que éste alcance el nivel
de abusivo del actual y eso si no analizamos otros posibles peligros.
Dos investigadores alemanes encuentran tasas de hormonas demasiado elevadas en el agua embotellada.
Los doctores Wagner y Ochhlam de la Universidad Goethe de Francfort
han descubierto en las botellas de agua mineral perturbadores endocrinos
no sólo en la botella misma sino en el mismo líquido. En pequeñas dosis
podrían dañar la salud. Estos perturbadores observados sean hormonas
femeninas o masculinas son sospechosos de modificar el desarrollo y las
funciones sexuales reproductoras del hombre.
Martín Wagner y Jorge
Oehlman habían seleccionado veinte envases de plástico de aguas
embotelladas vendidas en Alemania. Todos tenían en común el contener el
polietileno tereftalato (PET), un elemento químico igualmente presente
en botellas de plástico de bebidas dulces, aceites de cocina, pero
también en el aluminio interior de las paredes que guardan ciertas
bebidas gaseosas.
El PET asegura ‘la transparencia del plástico su
resistencia a los choques, su poco peso y su impermeabilidad al agua, al
gas y a los aromas’.
Los dos científicos han utilizado levaduras
genéticamente modificadas y pequeños caracoles de agua dulce observando
que las primeras cambiaban de color y se veía que los segundos se
multiplicaban por la influencia de esas hormonas.
Después de dos
meses pasados en el agua, el comportamiento de las dos cobayas no era en
absoluto el mismo. Era peor. En doce de las veinte aguas de las
botellas analizadas, la actividad hormonal era dos veces más elevada en
las levaduras y los caracoles eran dos veces más numerosos a causa de
las hormonas femeninas presentes.
El desmentido de los
industriales del plástico que se usa para los alimentos fue inmediato
‘el agua mineral natural es uno de los productos más controlados en la
industria alimenticia’ -dijeron.
Los dos científicos citados
mencionaron una posible perturbación de la catálisis del plástico como
causa de los fenómenos encontrados.
Los franceses han observado
cosas quizás más peligrosas de inmediato: una botella de agua no puede
beberse si ha permanecido sólo unas horas en el ambiente de un coche,
sobre el asiento o sobre el maletero, y en el verano. El calor reacciona
con los productos químicos del plástico de las botellas el cual libera
dioxinas en el agua. La dioxina es una toxina encontrada en los tejidos
del cáncer de mama.
Dependiendo del continente, el crecimiento del
consumo de agua embotellada se incrementará de forma más acentuada, en
el caso de Asia se calcula que la demanda aumente en un 16% en el
presente año, es decir, más del doble de la tasa prevista de aumento
global.
Asia acapara actualmente un tercio del consumo mundial, resulta
un mercado muy goloso para las compañías que se dedican al envasado y
comercialización de agua, desde hace años existe una pugna entre las
grandes multinacionales para asegurarse la materia prima y compran los
manantiales de agua a precios muy elevados, de todo ello ya hablábamos
en el post El agua es el negocio del siglo XXI.
A todo esto, hay
que decir que en algunos países del continente asiático la ingesta per
cápita se mantiene muy por debajo de la media internacional,
estableciéndose el consumo en menos de 10 litros por año, lo que nos
puede dar una idea de lo que va a crecer el mercado de las aguas
envasadas en este continente.
Hablando de China, los principales
proveedores están ayudando a impulsar la expansión del mercado y aunque
se barajan cifras de consumo muy elevadas que rondan los 7.000 millones
de litros y colocan a China como una de las piedras angulares de este
negocio, otros países como la India, con un volumen de población muy
elevado, incrementan su consumo de una forma muy significativa, nada
menos que un 20% anual.
Un estudio realizado por Canadean, empresa
especializada en la investigación y análisis del mercado de los bienes
de consumo, determina que el agua embotellada será líder de ventas en el
año 2015 a nivel mundial.
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/terapias-alternativas/agua-divino-tesoro-864.html