¿El secreto mejor guardado?
Quizás. Pero ya no más. Los
ingredientes que componen el "elíxir de la juventud" fueron revelados
por un hallazgo arqueológico.
Se trata de 77 hierbas medicinales
maceradas en alcohol y opio, que componen la receta original de esa
pócima.
La receta del elíxir de la juventud se conoció gracias a
un hallazgo arqueológico que documenta la tradición alquimista de Praga y
a la que hoy se le reconocen efectos benéficos.
Fue descubierta
durante la reconstrucción de una casa del barrio judío, en pleno centro
histórico de la capital checa, cuyos orígenes se remontan al siglo IX y
que se salvó de las ordenanzas de saneamiento dictadas por los ediles
praguenses en el siglo XIX, así como de las riadas del verano de 2002.
Se
trata de "la segunda (casa) más vieja de Praga", aseguró la guía
Michaela Snajdrová, tras explicar que se necesitaron diez años para
devolver el lustre de antaño al lugar, que sólo pudo ser abierto al
público recientemente, y donde ahora se ha instalado el Museo Speculum
Alchimiae (Espejo de la Alquimia).
Así, la receta original del
elixir se exhibe al público en una exposición permanente con un
recorrido en el que, además de su recipiente original, están los hornos
de los alquimistas, despensas de plantas medicinales, la fábrica de
vidrio para los experimentos, así como la sala de estudio y de
bienvenida.
Otra curiosidad que se puede ver es la intrincada red
de conductos subterráneos que unían la casa con el Castillo de Praga y
la Plaza de la Ciudad Vieja.
El efecto devastador de las riadas,
que hundieron las bases de la plaza frente al edificio, dejaron al
descubierto curiosos artefactos y notas escritas que documentan las
actividades realizadas y revelan toda una serie de pasadizos y talleres
de alquimistas.
"Las notas están en latín, alemán, checo y otros
caracteres que no hemos sido capaces de descifrar", comenta Snajdrová,
guía del museo.
Entre los objetos rescatados figura una botella de
cristal verdoso y casi opaco, precintada con sello de cera, que ha sido
datada en tiempos del emperador Rodolfo II de Habsburgo (1552-1612).
Tras
ser analizada por los monjes benedictinos del distrito de Rajhrad, que
todavía hoy regentean una botica tradicional a base de hierbas
medicinales y tratan de recuperar recetas olvidadas del Medievo, se
establecieron sus 77 componentes, además del alcohol y el opio, en esa
receta para la juventud eterna.
"El elixir de la juventud se utiliza cada día al amanecer, tomando una pequeña cucharada antes del desayuno", explica Snajdrova.
Con
un sabor que recuerda al licor "Becherovka" (hecho a base de agua de
Karlsbad, alcohol, azúcar y una mezcla amarga de 32 hierbas medicinales y
especias), el elixir "tiene un efecto armonizador sobre el organismo",
añade.
Aclara que "en realidad es un licor de hierbas con efectos
curativos". Como ejemplo, relata que un hombre con una úlcera de
estómago se curó al tomarlo.
Además de cobijar la producción de
elixires, la casa fue testigo de la incansable actividad desplegada a lo
largo de la Grand Via, una ruta comercial que en la baja Edad Media
unía el reino de León (España) con Cracovia, Kiev y Extremo Oriente.
"La
Grand Via pasaba por delante de la casa, por lo que los alquimistas
podían adquirir fácilmente ingredientes para sus experimentos", precisa
la guía, en alusión a esas materias primas procedentes de España,
Austria o de Oriente.
La recuperada producción actual no se hace,
sin embargo, al pie de la letra, teniendo en cuenta "las condiciones de
las constelaciones (astrológicas), como antaño".
Los alquimistas
trabajaron también en otros brebajes, como el elixir del amor o de la
memoria, y trataron de descubrir la piedra filosofal, para convertir los
metales comunes en oro o plata.
Combatida por la monarquía de los
Habsburgo por considerarla una "puerta del ocultismo", la producción de
estas bebidas se confinó entonces a sótanos abovedados con mala
ventilación del barrio judío, ya que la religión hebrea "era más
tolerante" hacia la alquimia
.
Pero sí fue permitida durante el
reinado de Rodolfo II, gran mecenas de las artes, de la astronomía y
otros saberes, que trasladó la capital del Sacro Imperio Romano
Germánico a Praga en 1583, explica Snajdrova.
Muchas de esas recetas tienen efectos benéficos y se venden hoy a los turistas en la antigua casa.
Así
las cosas, asegura la guía checa, el elixir del amor, tal como se
intenta ahora reproducir, en realidad no es otra cosa que un "viagra
natural".
fuente: EFE
MAS INFO: http://buenasiembra.com.ar/salud/autoayuda/los-cinco-ritos-tibetanos-778.html