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domingo, 2 de enero de 2011

ALERTA! El sistema financiero sobre el estado de derecho...

El estado de derecho en el imperio financiero

Alejandro NadalLa Jornada

mercados

Wikileaks anuncia grandes revelaciones sobre los bancos más importantes de Estados Unidos. Por supuesto, ya sabemos que el mundo de las finanzas se ha impuesto sobre la economía real. Ahí está la política macroeconómica, completamente subordinada a las necesidades del sector financiero. Pero Wikileaks confirmará algo más grave: la supremacía del sistema financiero sobre el estado de derecho.

Una cosa grave es una crisis económico-financiera. Pero otra aún más seria es que el estado de derecho se vaya al abismo, junto con los ahorros de millones de personas. Por eso es importante no olvidar lo siguiente.

Primero, la crisis estalló en el corazón del sistema financiero más desarrollado del mundo. Entre las causas de la crisis está un conjunto de operaciones financieras de dudosa legalidad que crearon una bomba de tiempo y diseminaron sus efectos por todo el mundo a través de la bursatilización y la desregulación financiera.


Segundo, ese sistema financiero no ha sido reformado o sujeto a una nueva y más rigurosa regulación. Nada en el sistema financiero de Estados Unidos ha cambiado de manera significativa. Y lo peor es que mantiene su hegemonía sobre la economía real: las medidas de austeridad fiscal y de política monetaria adoptadas en Estados Unidos y Europa son testimonio de lo anterior.


¿No piensa usted que los funcionarios de Lehman Brothers, Goldman Sachs y Bear Stearns sabían lo que estaban haciendo?

Un ejemplo basta para ilustrarlo todo. Los bancos de inversión en Estados Unidos estuvieron emitiendo títulos diseñados especialmente para que su precio sufriera un colapso. Nótense las palabras clave: “diseñados especialmente”. De manera simultánea emitían otros títulos que apostaban a tal caída en los precios, logrando así ganancias astronómicas. ¿Vender activos chatarra y apostar contra ellos en operaciones paralelas no es una muestra de duplicidad criminal? La respuesta tiene que ser afirmativa.

En el entramado institucional del sistema financiero en Estados Unidos se encuentran la banca tradicional, los bancos de inversión, las casas de bolsa y las compañías calificadoras. Durmiendo en la misma cama están las agencias reguladoras, tanto de la Reserva federal, como la SEC, la agencia reguladora de las transacciones en la bolsa de valores y la CTFC, encargada de supervisar las operaciones sobre productos básicos en los mercados de futuros.

Y esta es la historia: a lo largo de los últimos diez años los bancos de inversión y la banca tradicional realizaron operaciones que hoy todos los analistas financieros serios califican de fraudulentas o, por lo menos, de “irregulares”. Pero nadie ha tomado acciones legales para castigar los delitos que se cometieron y para prevenir este tipo de conducta criminal en el futuro.

Más allá de algunas medidas regulatorias de cosmético, ni siquiera se han prohibido las principales operaciones que estuvieron detrás de la gigantesca burbuja de precios en bienes raíces. Tampoco se han iniciado investigaciones serias por fraude en contra de los personeros del complejo corporativo de Wall Street.


La lista de problemas que reclaman atención urgente en Estados Unidos es conocida. En ese país los cuatro bancos más grandes concentran aproximadamente el 60% de todos los activos en el sector bancario, y nada parece cambiará este nivel de concentración y poder económico. La partición de los bancos se quedó en el olvido. Tampoco se ha procedido a una reforma profunda de Freddie Mac y Fannie Mae (las dos gigantescas corporaciones semipúblicas en el mercado hipotecario). Nunca llegaron a prohibirse las emisiones de la mayoría de los derivados más peligrosos (las armas de destrucción masiva de Warren Buffet).

No se ha hecho nada para controlar y restringir los niveles de apalancamiento de los bancos y agentes no bancarios. Finalmente, las agencias calificadoras siguen siendo propiedad de los agentes financieros más grandes, con lo que se mantiene el doble juego y el conflicto de intereses se ha legalizado. Pero estos problemas permanecen sin solución.

Los individuos detrás de las corporaciones en el sector financiero amasaron fortunas astronómicas y continúan haciéndolo, respaldados por el paquete de rescate financiero aprobado al finalizar la administración Bush. Lo más sorprendente: sus sucias operaciones no han permanecido encubiertas. ¡Al contario! Hoy se conoce bien el modus operandi de estos intermediarios financieros y sus cómplices. Aún así, cero investigaciones y cero acciones legales en contra de estos agentes.

¿Cree usted que las futuras revelaciones de Wikileaks cambiarán las cosas?

En Estados Unidos, el intento para recuperar la república y eliminar el yugo del sistema financiero quedó trunco. El equipo económico de Obama le presenta la visión de que hablar de fraudes es una distracción y que lo importante es la macroeconomía. Con sus acciones y omisiones, Obama mantiene la trayectoria de desastre para la economía estadunidense y contribuye a desmantelar lo que quedaba del estado de derecho.
http://portal11acuario.blogspot.com/2011/01/que-pasa-si.html


http://www.attacmadrid.org/?p=3463#more-3463



Alquimia "Santiago Niño" from Càtar Films on Vimeo.

viernes, 17 de septiembre de 2010

Como detectar billetes y monedas falsificados

Cómo evitar estafas: claves para reconocer dinero falso

Los consejos elaborados por el Banco Central para escaparle a los engaños y detectar billetes y monedas falsificados

Cómo evitar estafas: claves para reconocer dinero falso
Foto Archivo


Reconocer cuándo un billete que se tiene en la mano es falso no es tarea imposible. Para eso, el Banco Central (BCRA) tiene una serie de consejos para analizar los papeles en busca de marcas que delaten al dinero falsificado y evitar así las estafas.

Según la información que brinda la página Web del banco, los billetes se caracterizan por tener un tamaño uniforme, de 155 mm de ancho por 65 mm de alto, además de un papel constituido íntegramente por fibra de algodón y exento de fluorescencia a la luz ultravioleta.
La impresión se realiza en tres etapas sucesivas, empleando sistemas de impresión offset, calcografía y tipografía.

A cinco años de su primer lanzamiento de 1992, se efectuaron algunos cambios en la línea, que incluyeron mejoras en los grabados, papel de un gramaje superior (el actual tiene 90 gr/m2) y una marca de agua de molde cilíndrico localizada, que reproduce el retrato del diseño orientado en el mismo sentido.
Para reconocer cuándo un billete ha sido falsificado, si no se cuenta con la máquina de luz ultravioleta, el BCRA recomienda buscar si alguna de las siguientes características (que tienen los buenos billetes) no se presenta en él.

  • Marca de agua, que se puede observar mirando el billete al trasluz y viendo la imagen del prócer que corresponde a esa denominación. Esta imagen debe reproducir fielmente el retrato. Por ejemplo, en el caso del billete de 100 pesos se observa a trasluz la cara de Julio Argentino Roca.

  • Tinta de variabilidad óptica, sobre el número que indica el valor del billete, en la esquina superior izquierda. Este número se ve verde o azul según el ángulo de observación.

  • Hilo de seguridad, en la parte izquierda del anverso del billete. Se aprecia como una sucesión de segmentos plateados; al trasluz aparece una banda oscura y continua en la que puede leerse la leyenda "BCRA", con el número que corresponde al valor del billete. Este hilo se encuentra en los billetes de 10 pesos o más.

  • Impresión calcográfica: El retrato del prócer correspondiente y otras impresiones están hechas en calcografía, es decir que presentan relieve perceptible al tacto.

Por otra parte, la falsificación no es un problema que afecta sólo a los billetes. También hay en circulación existen monedas (de $1 y $0,5) que no son de curso legal, elaboradas con materiales distintos como el latón, que es una aleación de cobre y cinc.
Los defectos habituales en esas monedas:

  • Poca definición en diseños y textos, es decir, falta de detalles.

  • Falta de centrado en los diseños, es decir, el dibujo de la moneda no ocupa el centro exacto de la pieza.

  • La serie de pequeños puntos alrededor del borde ?que se denomina "perlado"- presenta puntos deformados o aplastados.

  • Imperfecciones en la superficie.
Las medidas de seguridad (Fuente: BCRA)