Un año antes del sismo en Asia, la edición de Foreign Policy de EEUU identificó los cinco sitios más riesgosos. Japón estaba en la lista.
En su artículo, Andrew Swift, detalla las otras zonas geográficas en las que existe una gran actividad sísmica. Además de Japón, la revista estadounidense identificó cuatro zonas en peligro. ¿En cuál de ellas volverá a atacar la naturaleza?
1- Estados Unidos, Región del Delta del Bajo Mississippi
Líneas de fallas: Nueva Madrid
Último gran terremoto: 1812
Motivos para preocuparse: Una serie de sismos a comienzos del siglo XIX a lo largo de la falla de Nueva Madrid -que incluye partes de Illinois, Missouri, Arkansas, Kentucky, Tennessee y Mississippi- provocó que el río Mississippi fluyera en dirección contraria, hizo sonar las campanas de las iglesias de Boston y afectó a un área más de tres veces mayor que el famoso terremoto de San Francisco de 1906.
Hace 200 años la población en riesgo era mínima. Hoy, las grandes ciudades de San Luis y Memphis se sitúan dentro de la zona de peligro de la que se podría considerar la falla más amenazante de los Estados Unidos.
La Agencia Federal para el Manejo de Emergencias de EEUU advirtió en 2008 que si se produjera un importante terremoto podría provocar "las mayores pérdidas económicas debidas a un desastre natural en el país" en gran parte a causa de la relativa falta de preparación frente a este tipo de desastres naturales en comparación con California y el Pacífico Noroeste.
2- Turquía
Línea de falla: Norte de Anatolia
Último gran terremoto: Duzce, en 1999
Motivos para preocuparse: El terremoto de 1999 en Izmit -situado junto al Mar de Mármara, y justo al sureste de Estambul- mató a casi 18 mil personas.
El de Izmit fue el último de una serie de sismos que se han producido hacia el oeste de Turquía durante 70 años. Otro ocurrido sólo tres meses después en Duzce, causó la muerte de casi 900 personas.
En las cuatro últimas décadas, Turquía ha sufrido más de seis terremotos con más de mil víctimas.
Los científicos afirman que es probable que el próximo temblor se produzca ligeramente al oeste de Izmit, ubicada al sur de Estambul, una ciudad de 12 millones de habitantes.
Es probable que la acumulación de tensión sísmica dé como resultado una serie de sismos más pequeños, más que un único superterremoto -pero eso no ofrece mucho consuelo a los residentes de una de las ciudades más antiguas y de mayor importancia histórica del mundo.
3- Australia
Línea de falla: entre la placa del Pacífico, la Filipina y la Euroasiática
Último gran terremoto: Newcastle, en 1989
Motivos para preocuparse: A diferencia del resto de los países de esta lista, Australia en realidad no está colocada a lo largo de una falla entre dos placas tectónicas, es decir que tiene una localización intraplaca, lo que difícilmente es un motivo de tranquilidad.
La actividad sismica del país es el resultado de la presión de placas tectónicas que están lejos del continente, lo que significa que de manera literal cualquier parte de Australia está bajo una amenaza potencial y que los temblores en este país son extremadamente difíciles de predecir.
La mayoría de los terremotos de Australia, incluyendo los diez que se produjeron en 2008 de una magnitud superior a 4,0, se han desencadenado en el desolado centro del país, causando daños mínimos.
Pero lo impredecible de las sacudidas sísmicas ha conducido a una falsa sensación de seguridad: los materiales de construcción en ciudades importantes como Sydney están viejos y corroídos y son vulnerables, como puso en evidencia un terremoto relativamente menor de magnitud 5,5 en 1989 en Newcastle que causó daños por más de 1.400 millones de dólares. Un temblor cerca de Sydney, que tiene una población 15 veces superior a Newcastle, resultaría mucho más mortífero.
4- Nepal
Líneas de fallas: Cabalgamiento Frontal Himaláyico (HFT, en sus siglas en inglés), Cabalgamiento Marginal (MBT), Cabalgamiento Central (MCT)
Último gran terremoto: 1988, en la región fronteriza entre Nepal e India
Motivos para preocuparse: Justo al sur de la cordillera del Himalaya, y a sólo 241 kilómetros al suroeste del monte Everest, la capital nepalí de Katmandú se sitúa precisamente en la frontera entre la placa India y la Euroasiática.
A pesar de que en los últimos años no se han producido importantes terremotos en el área, los geólogos advierten de que las numerosas fallas a lo largo del Himalaya ponen la capital nepalí en riesgo de un enorme episodio sísmico.
Lo que es peor, el grado de preparación para los terremotos de Nepal es pésimo, gracias a los malos métodos de construcción y una población urbana que crece rápidamente.
La ausencia de actividad sísmica reciente es de hecho otro motivo de preocupación -habitualmente cuanto más tiempo pasa entre los seísmos más probables resulta que el siguiente sea especialmente potente. Al igual que Haití, Nepal se ha visto sacudido por recientes episodios de convulsión política.
En 2006 terminó una guerra civil que ha durado 10 años, y desde entonces la estabilidad política y el desarrollo económico han sido mínimos, obstaculizando la capacidad de las autoridades para prepararse para un desastre natural.