Dos impactos cambiaron el eje de rotación de Urano
Científicos sugieren una nueva teoría para explicar uno de los grandes misterios del séptimo planeta del Sistema Solar: por qué se encuentra «de lado»
Un equipo internacional del Observatorio de la Costa Azul de Niza (Francia) sugiere una nueva teoría sobre la inclinación del eje de rotación de Urano que contradice las admitidas hasta ahora, que hablaban de un gran impacto de un objeto con el planeta.
Así, los nuevos estudios no hablan de uno, sino de dos impactos menores, que acabaron inclinando el eje en 98 grados respecto a su plano orbital alrededor del Sol.
La posición de Urano es una de sus características más estudiada por los expertos, ya que es mucho más pronunciada que en otros planetas, como Júpiter, que está inclinado 3 grados, la Tierra (23 grados), o Saturno y Neptuno (29 grados). Concretamente, los expertos hablan de que Urano "gira sobre su lado".
Hasta ahora, la teoría generalmente aceptada es que en el pasado un cuerpo, dos veces más masivo que la Tierra, colisionó con Urano golpeándolo por uno de sus lados.
A pesar de que esta teoría ha sido aceptada durante años, los científicos han señalado que existe una "grieta" importante en ella: las lunas de Urano y sus anillos también están inclinados.
Ante esta situación, el equipo del Observatorio de la Costa Azul de Niza utilizó simulaciones para reproducir diversos escenarios de impacto a fin de determinar la causa más probable de la inclinación de Urano.
Durante el trabajo, que ha sido presentado en el Congreso Europeo de Ciencia Planetaria 2011, los científicos sugieren la posibilidad de que los impactos se hubieran producido cuando el planeta estaba en formación y rodeado por discos de restos de material que estaba en el proceso de dar forma a sus lunas.
42 años de día, 42 años de noche
La teoría señala que tras la colisión, Urano se habría girado "un poco" levantando una nube de escombros que formó "una especie de cinturón de grasa alrededor del planeta".
Posteriormente, la segunda colisión completaría la tarea, dando el impulso suficiente para que el disco de escombros llegara a las lunas, variando también su posición.
Esta teoría explica también, según han señalado los científicos, el "extraño" campo magnético de Urano, que no está alineado con el eje de rotación, e incluso está fuera del centro del núcleo del planeta.
En este sentido, apuntan que "no está claro" este punto, aunque "podría tener que ver con su posición", además de su composición.
La posición de Urano le lleva a tener uno de sus polos de cara al Sol. Si el hombre habitara el planeta, su vida tendría que sufrir 42 años seguidos de día y 42 de noche.
ABC
Un equipo internacional del Observatorio de la Costa Azul de Niza (Francia) sugiere una nueva teoría sobre la inclinación del eje de rotación de Urano que contradice las admitidas hasta ahora, que hablaban de un gran impacto de un objeto con el planeta.
Así, los nuevos estudios no hablan de uno, sino de dos impactos menores, que acabaron inclinando el eje en 98 grados respecto a su plano orbital alrededor del Sol.
La posición de Urano es una de sus características más estudiada por los expertos, ya que es mucho más pronunciada que en otros planetas, como Júpiter, que está inclinado 3 grados, la Tierra (23 grados), o Saturno y Neptuno (29 grados). Concretamente, los expertos hablan de que Urano "gira sobre su lado".
Hasta ahora, la teoría generalmente aceptada es que en el pasado un cuerpo, dos veces más masivo que la Tierra, colisionó con Urano golpeándolo por uno de sus lados.
A pesar de que esta teoría ha sido aceptada durante años, los científicos han señalado que existe una "grieta" importante en ella: las lunas de Urano y sus anillos también están inclinados.
Ante esta situación, el equipo del Observatorio de la Costa Azul de Niza utilizó simulaciones para reproducir diversos escenarios de impacto a fin de determinar la causa más probable de la inclinación de Urano.
Durante el trabajo, que ha sido presentado en el Congreso Europeo de Ciencia Planetaria 2011, los científicos sugieren la posibilidad de que los impactos se hubieran producido cuando el planeta estaba en formación y rodeado por discos de restos de material que estaba en el proceso de dar forma a sus lunas.
42 años de día, 42 años de noche
La teoría señala que tras la colisión, Urano se habría girado "un poco" levantando una nube de escombros que formó "una especie de cinturón de grasa alrededor del planeta".
Posteriormente, la segunda colisión completaría la tarea, dando el impulso suficiente para que el disco de escombros llegara a las lunas, variando también su posición.
Esta teoría explica también, según han señalado los científicos, el "extraño" campo magnético de Urano, que no está alineado con el eje de rotación, e incluso está fuera del centro del núcleo del planeta.
En este sentido, apuntan que "no está claro" este punto, aunque "podría tener que ver con su posición", además de su composición.
La posición de Urano le lleva a tener uno de sus polos de cara al Sol. Si el hombre habitara el planeta, su vida tendría que sufrir 42 años seguidos de día y 42 de noche.
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