Huir de los problemas en vez de hacerles frente
Hay momentos en que el cambio en nuestras vidas es inevitable, te mudas a una nueva ciudad o una nueva casa, o cambias de trabajo, o quizás hasta de amigos o pareja, porque el tiempo ya es el adecuado, es lo correcto en el momento presente.
Pero también hay momentos en que el impulso para propiciar el cambio es en realidad un deseo de huir de los problemas que se deben enfrentar en vez de evitarlos.
Hay varios tipos de problemas que se repiten en nuestras vidas, seria conveniente el preguntarnos porque estamos tan definidos en que se repitan una y otra vez.
Por ejemplo, problemas con compañeros de trabajo que parecen surgir en cada trabajo que realizamos, o comenzar nuevas relaciones poco saludables.
Sentirnos atraídos por compartir nuestras vidas con personas que nos ofrecen tan poco para sentirnos felices, patrones de conducta que utilizamos para sentirnos mas seguros y que sin embargo lastiman a las personas que nos aman o nos rodean.
Un cambio temporal podría distraernos, e incluso curar el problema por un tiempo, simplemente por mantenernos alejados de la situación en la que el problema se manifiesta plenamente.
Sin embargo, el problema finalmente aparecerá de nuevo en nuestra nueva situación.
Una manera de asegurarse de que no estás huyendo de tus problemas es darse cuenta de que si realmente te están moviendo hacia algo que es interesante por derecho propio, en oposición a algo que es atractivo sólo porque no es donde estás ahora.
Tu puede descubrir que a medida que abordar estas cuestiones con plena honestidad desde tu corazón, todavía puedes decidir cambiar, pero será un acto con una intención positiva y no una vía de escape, lo que podría hacer toda la diferencia.
Cualquier dolor que se vea involucrado para hacer frente a nuestros problemas bien vale la pena al final de un resultado.
El dolor muchas veces es el motor que nos impulsa a querer cambiar las cosas, porque mantenerlas como están cuando ya no funcionan, es aun más doloroso.
Cuando nos enfrentamos a nuestros problemas en lugar de evitarlos, liberamos nuestra energía y nos transformarnos a nosotros mismos; de ser de las personas que huyen, a ser de las personas que se mueven con entusiasmo hacia adelante.
Lo mas importante es estar conscientes de porque realmente debemos cambiar una situación o forma de ser, la claridad mental es una gran herramienta que nos propiciara cambios asertivos, de otro modo, a falta de claridad, ocasionaremos que los problemas sean mas grandes y que la misma confusión que generan nos mantenga ciegos para optar por nuevas y mas positivas soluciones.
El primer paso como siempre, es aceptar que uno esta buscando excusas para no permitir que el cambio se manifieste en nuestras vidas, uno tiende a aferrarse a sus propias creencias, mientras que lo que debería estar haciendo es una profunda reflexión, sobre que lo que ya no es bueno en nuestras vidas, debe ser soltado, permitiendo que el flujo natural del universo nos muestre lo que realmente puede ayudarnos a ser mas felices.
Permanecer inmóviles ante el cambio, aferrarse a las expectativas falsas que ya no son viables de seguir sosteniendo, nos cerrara las puertas ante la gran posibilidad de manifestación que tenemos por derecho divino, como seres humanos.
Traducido del Daily OM
Pero también hay momentos en que el impulso para propiciar el cambio es en realidad un deseo de huir de los problemas que se deben enfrentar en vez de evitarlos.
Hay varios tipos de problemas que se repiten en nuestras vidas, seria conveniente el preguntarnos porque estamos tan definidos en que se repitan una y otra vez.
Por ejemplo, problemas con compañeros de trabajo que parecen surgir en cada trabajo que realizamos, o comenzar nuevas relaciones poco saludables.
Sentirnos atraídos por compartir nuestras vidas con personas que nos ofrecen tan poco para sentirnos felices, patrones de conducta que utilizamos para sentirnos mas seguros y que sin embargo lastiman a las personas que nos aman o nos rodean.
Un cambio temporal podría distraernos, e incluso curar el problema por un tiempo, simplemente por mantenernos alejados de la situación en la que el problema se manifiesta plenamente.
Sin embargo, el problema finalmente aparecerá de nuevo en nuestra nueva situación.
Una manera de asegurarse de que no estás huyendo de tus problemas es darse cuenta de que si realmente te están moviendo hacia algo que es interesante por derecho propio, en oposición a algo que es atractivo sólo porque no es donde estás ahora.
Tu puede descubrir que a medida que abordar estas cuestiones con plena honestidad desde tu corazón, todavía puedes decidir cambiar, pero será un acto con una intención positiva y no una vía de escape, lo que podría hacer toda la diferencia.
Cualquier dolor que se vea involucrado para hacer frente a nuestros problemas bien vale la pena al final de un resultado.
El dolor muchas veces es el motor que nos impulsa a querer cambiar las cosas, porque mantenerlas como están cuando ya no funcionan, es aun más doloroso.
Cuando nos enfrentamos a nuestros problemas en lugar de evitarlos, liberamos nuestra energía y nos transformarnos a nosotros mismos; de ser de las personas que huyen, a ser de las personas que se mueven con entusiasmo hacia adelante.
Lo mas importante es estar conscientes de porque realmente debemos cambiar una situación o forma de ser, la claridad mental es una gran herramienta que nos propiciara cambios asertivos, de otro modo, a falta de claridad, ocasionaremos que los problemas sean mas grandes y que la misma confusión que generan nos mantenga ciegos para optar por nuevas y mas positivas soluciones.
El primer paso como siempre, es aceptar que uno esta buscando excusas para no permitir que el cambio se manifieste en nuestras vidas, uno tiende a aferrarse a sus propias creencias, mientras que lo que debería estar haciendo es una profunda reflexión, sobre que lo que ya no es bueno en nuestras vidas, debe ser soltado, permitiendo que el flujo natural del universo nos muestre lo que realmente puede ayudarnos a ser mas felices.
Permanecer inmóviles ante el cambio, aferrarse a las expectativas falsas que ya no son viables de seguir sosteniendo, nos cerrara las puertas ante la gran posibilidad de manifestación que tenemos por derecho divino, como seres humanos.
Traducido del Daily OM
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