ENFERMEDADES INVENTADAS
La Fundación Internacional de la Osteoporosis (IOF), ha dado a conocer una encuesta en la que destaca que el número de casos nuevos que se detectan al año es un 17% mayor en España que en otros países como Francia, Alemania o Canadá.
Según esta encuesta, hay 2,5 millones de españolas que padecen osteoporosis, una disminución de la masa ósea que pone a los huesos en peligro de fractura. Sin embargo, hay quien duda que pueda ser calificada como enfermedad.Miguel Jara, periodista y escritor del libro Traficantes de Salud: Cómo nos venden medicamentos peligrosos y juegan con la enfermedad, considera que entra dentro de las llamadas "enfermedades inventadas", un término que "utilizan otros investigadores, farmacólogos y periodistas desde hace unos años".
El periodista pone en entredicho la praxis de la industria farmacéutica. "Intenta abrir nuevos mercados" y una de las estrategias que utiliza es "reinventar el concepto de enfermedad para convertirnos a todos en pacientes", explicó Jara.
Así, los laboratorios han conseguido hacer extensible el concepto de enfermedad a factores de riesgo, como el colesterol alto o la hipertensión, y a dolencias leves o propias de la naturaleza humana como la menopausia o incluso la tristeza que, dice Jara, "se trata sistemáticamente como depresión".
Y puntualiza: "No es que no existan personas enfermas, porque, obviamente, sí las hay y necesitan tratamiento, pero la industria tiende a exagerar para que vayamos a una consulta a preguntar si estamos enfermos". Después, añade, "siempre habrá un fármaco adecuado para tratarnos".
Pero Jara denuncia que existe "un fraude científico radical", ya que los laboratorios gastan más en promoción que en investigación propiamente dicha. "Les interesa buscar fármacos para las clases medias emergentes que los pueden pagar", por lo que la ciencia se pone al servicio de las ventas y no de las personas.
Corrupción farmacéutica
El periodista ha dedicado más de cinco años a la investigación de la situación de la industria farmacéutica, en los que asegura haberse topado con una "corrupción enorme". Otra de las estrategias que emplean los laboratorios para ingresar más, asegura Jara, es pagar a los médicos para que receten sus fármacos.
Pagaban a los médicos "60 euros por cada diez recetas" extendidas.
Ya no son sólo regalos y viajes, sino "sobres de dinero". Según cuenta, un ex visitador médico de una multinacional con sede en España le pasó unos documentos internos que demostraban que pagaban a los médicos "60 euros por cada diez recetas" extendidas.
Además, en estos documentos, explica el periodista, se establecía que cada uno de los 70 comerciales de la compañía tenía unos "14.000 euros al trimestre para conseguir que los médicos recetasen fármacos nuevos, más difíciles de recetar, y otros 6.000 para los que tienen ya un hueco en el mercado".
'Pequeña crisis' de la industria
El medicamento se ha convertido en "una mercancía, en un objeto de consumo"
Para Jara, el medicamento se ha convertido en "una mercancía, en un objeto de consumo", que hace que la industria que los desarrolla sea "la tercera más rentable del mundo, por detrás del tráfico de drogas y de armas."
Hasta hace unos años, cuenta el periodista, el beneficio neto que obtenía la industria farmacéutica era del 25%. Ahora, inmersa en una "pequeña crisis", sólo ingresa un 16-17% de beneficio neto, "una cifra que multiplica por cuatro la cifra de negocio de grandes multinacionales como Coca-Cola", que tiene un 3-4% de beneficio.
En un encuentro en el centro Medialab-Prado de Madrid, Miguel Jara ha reconocido que con estos datos no pretende "asustar a la gente, sino sacar a la luz una realidad muy oscura". Porque "la salud", recuerda, "es lo más importante".
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