Nació en Londres el viernes y es hija de una pareja de nigerianos
Angela y Benjamin Ihegboro sostienen en brazos a Nmachi Foto: The Sun
Sebastián A. Ríos
LA NACION
La apodaron "pequeño milagro". Después de todo, era la forma más sencilla y elegante de evitar el tener que explicar por qué Nmachi vino al mundo con una tez rosada, ojos celestes y pelo rubio, siendo hija de una pareja de tez oscura, que ya había tenido otros dos hijos que habían heredado el color de piel esperable para una familia oriunda de Nigeria, sin antecedentes de tez clara.
Angela Ihegboro, de 35 años, que dio a luz a Nmachi el viernes último, en el Hospital Queen Mary, en el sur de Londres, y su marido, Benjamin, de 44, dicen que están seguros de que la pequeña es hija de ambos. Y han declarado al sensacionalista diario The Sun que los médicos les han dado la razón. Pero, entonces, ¿cómo se explica el aparente milagro?
Para entender las posibilidades de que dos padres de tez oscura den a luz a un hijo de tez clara hay que explicar cómo se transmiten esos rasgos. "El color de la piel y de los ojos es poligenético, es decir que depende de varios genes que son heredados de los padres, aunque se discute de cuántos genes se trata", dijo el doctor Fernando Poletta, investigador del Conicet en el Cemic.
Algunos dicen que se trata de 12 genes, pero otros de 20 o más. Otro dato importante es que los genes relacionados con la tez o los ojos claros son recesivos, lo que significa que para que un chico tenga tez y ojos claros debe heredar las dos copias (la materna y la paterna) de esos 12, 20 o más genes de ambos padres.
"Si dijéramos que bastan cinco [pares de] genes para que un chico tenga piel y ojos claros, la probabilidad de que éste nazca de padres negros y cuyos abuelos también son negros es de 1,5 en 10.000 -ilustró Poletta-. Pero aquí estamos hablando de un número mucho mayor de genes..."
Otra posibilidad es que el padre no sea realmente el padre biológico. "Los estudios de ADN muestran que casi el 30% de los chicos en los que se realizan estudios de filiación provienen de relaciones extramatrimoniales", dijo la doctora Stella Lancuba, directora del Centro de Investigaciones en Medicina Reproductiva (Cimer).
"Pero aún cuando esta beba fuera hija de un padre de tez blanca, el cambio de color no suele ser tan brusco como el que se puede ver en las fotos. Uno esperaría que la beba tuviera tez clara, pero no tan clara", agregó Poletta, que plantea una tercera posibilidad. Si bien se ha dicho que no se trata de un caso de albinismo, "podría tratarse de una mutación genética que causa una forma de albinismo no clásica. En este caso, es más probable una mutación que una infidelidad", afirma el científico.
http://www.lanacion.com.ar/nota.asp?nota_id=1286821
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