Mil millones de personas siguieron la cobertura
Es un cálculo de la TV de Chile. Estiman que el pico máximo se produjo durante la salida de Ávalos, el primer minero rescatado.Una audiencia mundial cautivada por el rescate delos 33 mineros atrapados desde hace
70 días en el fondo de la tierra. Ni el frío e Chile, ni la diferencia horaria los alejó de televisores ni sitios de Internet. Se calcula que unos mil millones de personas siguieron lo que ocurrió en el desierto chileno de Atacama.
La gente se conectó para leer, ver o escuchar como Florencio Ávalos fue extraído con éxito de las profundidades de la mina San José a las 12:11 de Argentina, seguido por su compañero de trabajo Mario Sepúlveda una hora más tarde.
La televisión estatal chilena calculó en unos 1.000 millones el número de televidentes que a esa hora seguían paso a paso la que se considerada como una de las operaciones de rescate más espectaculares de la historia.
El destino de estos 33 hombres, que quedaron atrapados el pasado 5 de agosto a casi 700 metros bajo tierra sin que se supiera de ellos por 17 días, se convirtió en una historia de interés humano apasionante en cada giro.
Personas de todas partes del globo, desde mineros hasta jefes de Estado, pasando por celebridades y simples mortales centraron su atención en este remoto lugar de Chile.
Cuando ya algunos los daban por muertos, incluso comenzaba a respirar el duelo, una nota atada a una sonda de perforación trajo la buena nueva el 22 de agosto: "Estamos bien en el refugio los 33".
Desde entonces millones de personas han seguido las labores de un rescate sin precedentes, que incluyó la excavación simultánea en tres sectores de la mina, imaginándose la pesadilla de los obreros bajo tierra.
Con el rescate ya en marcha, empezaron a difundirse las imágenes desde el sitio a televidentes de todas las latitudes: desde Nueva York a Sydney, pasando por Londres y Tokio.
La BBC transmitió imágenes de la operación y en la parte inferior un sobreimpreso animado con titulares relacionados con los familiares y líderes chilenos, que esperaban a los obreros como héroes nacionales.
La principal red de televisión de Japón también ofreció su cobertura en vivo, con los perfiles de los 32 chilenos y un boliviano, que sobrevivieron los primeros días bajo un estricto racionamiento de comida antes de hacer contacto con los rescatistas.
Médicos japoneses discutieron sobre las complicaciones de salud que podrían sufrir los mineros, mientras que las estaciones de noticias de Australia, sitios en Internet y la radio dedicaron una cobertura sin escalas sobre la dramática operación.
En el mundo de habla hispana, la operación de salvamento dominó los canales de noticias y sitios en Internet.
El interés que desató la noticia pareció sobrepasar a los responsables de los medios en la mina, que se quedaron sin acreditaciones para unos 2.000 representantes de la prensa internacional, al punto de que tuvieron que hacer escarapelas a mano para reporteros que llegaban desde lugares tan lejanos como China o Turquía.
La agencia de noticias china Xinhua y la televisión estatal informaban desde el sitio, y portales de noticias diseñaron secciones especiales para informar sobre el desarrollo del rescate.
La cadena árabe Al-Jazeera, en inglés, tenía destacado en el lugar a un corresponsal, y actualizaba las noticias vía Twitter.
70 días en el fondo de la tierra. Ni el frío e Chile, ni la diferencia horaria los alejó de televisores ni sitios de Internet. Se calcula que unos mil millones de personas siguieron lo que ocurrió en el desierto chileno de Atacama.
La gente se conectó para leer, ver o escuchar como Florencio Ávalos fue extraído con éxito de las profundidades de la mina San José a las 12:11 de Argentina, seguido por su compañero de trabajo Mario Sepúlveda una hora más tarde.
La televisión estatal chilena calculó en unos 1.000 millones el número de televidentes que a esa hora seguían paso a paso la que se considerada como una de las operaciones de rescate más espectaculares de la historia.
El destino de estos 33 hombres, que quedaron atrapados el pasado 5 de agosto a casi 700 metros bajo tierra sin que se supiera de ellos por 17 días, se convirtió en una historia de interés humano apasionante en cada giro.
Personas de todas partes del globo, desde mineros hasta jefes de Estado, pasando por celebridades y simples mortales centraron su atención en este remoto lugar de Chile.
Cuando ya algunos los daban por muertos, incluso comenzaba a respirar el duelo, una nota atada a una sonda de perforación trajo la buena nueva el 22 de agosto: "Estamos bien en el refugio los 33".
Desde entonces millones de personas han seguido las labores de un rescate sin precedentes, que incluyó la excavación simultánea en tres sectores de la mina, imaginándose la pesadilla de los obreros bajo tierra.
Con el rescate ya en marcha, empezaron a difundirse las imágenes desde el sitio a televidentes de todas las latitudes: desde Nueva York a Sydney, pasando por Londres y Tokio.
La BBC transmitió imágenes de la operación y en la parte inferior un sobreimpreso animado con titulares relacionados con los familiares y líderes chilenos, que esperaban a los obreros como héroes nacionales.
La principal red de televisión de Japón también ofreció su cobertura en vivo, con los perfiles de los 32 chilenos y un boliviano, que sobrevivieron los primeros días bajo un estricto racionamiento de comida antes de hacer contacto con los rescatistas.
Médicos japoneses discutieron sobre las complicaciones de salud que podrían sufrir los mineros, mientras que las estaciones de noticias de Australia, sitios en Internet y la radio dedicaron una cobertura sin escalas sobre la dramática operación.
En el mundo de habla hispana, la operación de salvamento dominó los canales de noticias y sitios en Internet.
El interés que desató la noticia pareció sobrepasar a los responsables de los medios en la mina, que se quedaron sin acreditaciones para unos 2.000 representantes de la prensa internacional, al punto de que tuvieron que hacer escarapelas a mano para reporteros que llegaban desde lugares tan lejanos como China o Turquía.
La agencia de noticias china Xinhua y la televisión estatal informaban desde el sitio, y portales de noticias diseñaron secciones especiales para informar sobre el desarrollo del rescate.
La cadena árabe Al-Jazeera, en inglés, tenía destacado en el lugar a un corresponsal, y actualizaba las noticias vía Twitter.
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