lunes, 11 de octubre de 2010

Ariel Ticona: La tierra se mueve...

El papá de Esperanza cuenta en una carta que la tierra se mueve
El minero Ariel Ticona afirma en un mensaje que envió ayer que “el cerro está en actividad”.

10-10-2010. 8.30 am. Hola Papito ¿Cómo estás?
Tengo una mala noticia, pero no te asustes. El cerro ha estado en actividad hasta ahora
”.

Héctor Ticona tiene en la mano la carta que su hijo, Ariel, le acababa de escribir desde las entrañas de la mina San José, donde permanece atrapado desde hace 66 días y a casi 700 metros de altura. Los 30 años de minero que Héctor tiene en su vida lo aploman ante la noticia.
“Estoy tranquilo”, le dice a Clarín cuando el mediodía levanta la temperatura en el Campamento Esperanza. “Sólo Dios sabe todo. Todo está en sus manos”.

Ariel Ticona tiene 29 años y es de estirpe minera. Es uno de “los 33”, como los mineros atrapados se llaman a sí mismos.

Es “el tímido”, “quien maneja la máquina que retira las piedras que se caen por los trabajos de perforación”, cuenta su padre.

Pero sobre todo, Ariel es el protagonista de una de las historias que más conmovió de todas las que, en estos días, se suceden en esta zona aislada del desierto de Atacama.
Ariel Ticona fue padre de una beba mientras estaba en el interior de la mina.

Lloró al ver su foto y un video de la recién nacida y pidió que la llamen: Esperanza
.
“La guagüita nació el 14 de septiembre, el día en que todo mejoró. El Plan B –basado en la perforadora T-130 que el domingo logró llegar hasta el taller donde aguardan los mineros– empezó funcionar bien cuando nació la Esperanza ”, recuerda Héctor.
“Mi hijo eligió el nombre y yo soy un abuelo orgulloso”, dice.
Y ¿qué opina de las noticias que le trae la carta?, le preguntó Clarín.
“Esta tierra es así.

Las minas están vivas
. Debe ser un crujido quizás porque están trabajando en ella. Mi hijo es minero, está preparado. El siguió todo este tiempo como minero. Así enfrentó todo. Es cierto que estoy un poquito preocupado, pero lo estaré hasta que salga”, dice. Pero ese día, el día tan esperado, será una fiesta en la casa de los Ticona. “Le tenemos preparados una gran sorpresa”. La calle del barrio de Copiapó, la ciudad más importante y a más de una hora de la mina San José, será cerrada. Ya le pidieron permiso a la Municipalidad. Entonces, habrá una gran fiesta. Ariel estará con su familia. Festejará con Héctor, su padre; con su esposa, Elizabeth, y con sus tres hijos.
Y, por fin, habrá conocido a la más chica de todos: a Esperanza.

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