Se quiebra el pacto entre los mineros
Algunos integrantes del grupo revelaron detalles que difieren de la versión oficial; ayer, 17 de los 33 volvieron a la mina San José
El saludo triunfal de Daniel Herrera, al regresar a la mina. Foto EFE
Carlos Vergara
Corresponsal en Chile
Corresponsal en Chile
COPIAPO, Chile.- El pacto de silencio acordado por los 33 mineros que sobrevivieron durante casi 70 días bajo tierra en la mina San José comenzó a resquebrajarse en los últimos dos días, cuando algunos integrantes del grupo empezaron a revelar ciertos detalles que difieren abiertamente de la versión oficial e incluso entraron en contradicciones entre sí.
Para los mineros, la presión de la prensa, principalmente de los medios de comunicación europeos, y de estar en el centro de la atención mundial es agobiante. Equipos de televisión y diarios se pasean por las casas de los mineros, ubicadas, algunas de ellas, en villas miseria de Copiapó, para terminar de cerrar acuerdos por reportajes suscriptos con sus familiares, varios de los cuales incluso aceptaron adelantos durante los días de encierro. Algunos de los mineros han aceptado ir a la televisión chilena, a cambio de las cifras habituales que se les pagan a integrantes del jet set local.
Poco a poco, todos van cediendo. Mario Sepúlveda (conocido como el showman) dijo en una entrevista publicada ayer en The Daily Mail que tuvo "miedo a morir de hambre en su tumba subterránea", en un intento de describir la impresionante travesía que vivieron los mineros en su lucha contra la muerte.
"Quiero que el mundo sepa la verdad sobre lo que pasó ahí. Fuimos tragados en las entrañas del infierno, pero hemos vuelto a nacer y ahora siento que es mi deber decir lo que pasó", respondió, al ser consultado por el acuerdo con sus compañeros de no hablar sobre ciertos episodios.
Una de las revelaciones más sorprendentes de Sepúlveda fue que el famoso mensaje "Estamos bien en el refugio los 33", escrito por José Ojeda, que permitió al mundo saber que los mineros seguían con vida, fue redactado cuando ya habían perdido toda esperanza de ser rescatados.
El minuto de mayor penuria, según Sepúlveda y otros de sus compañeros, como Jimmy Sánchez, fue cuando la sonda que buscaba alcanzar el taller pasó de largo por una desviación de la perforadora Schramm T-130, el 19 de agosto. Tres días más tarde, la misma máquina los encontraría.
Otros, como Edison Peña, rompieron el mutismo que tenía el grupo sobre la responsabilidad de los dueños de la mina San José. "¿Por qué pasan estas cosas? El empleador guarda su dinero, y ¿qué pasa con la parte obrera? Estoy recaliente, hablo porque esto me puede servir de pantalla para que todo cambie", se quejó Peña.
Yonni Barrios, el minero que hizo de enfermero, reveló anteayer a LA NACION que no era Luis Urzúa el líder en el fondo de la mina, sino Sepúlveda, el extravertido animador del primer video que llegó a la superficie. Sus palabras fueron ratificadas poco después por Jimmy Sánchez, de 19 años, el más joven del grupo, que también dijo que reconocía a Sepúlveda como el jefe de la curiosa estructura organizativa que les permitió salir con vida de esta aventura. Algunos incluso hablaron de la existencia de tres "facciones" en la mina antes de que los psicólogos lograran integrarlos.
Fue justamente Sánchez el que develó ese secreto: en la mina existía una tercera voz, la de Juan Illanes, un ex militar chileno que estuvo meses en la trinchera durante el conflicto con la Argentina por el Beagle. Según Sánchez, Illanes les sugirió acordar el pacto de silencio o "secreto de Estado" que la mayoría asegura respetar para que la historia no sea tergiversada y capitalizar eventuales ofertas cinematográficas o editoriales.
Ayer, 17 de los 33 mineros regresaron a la mina San José para una misa de agradecimiento por su rescate "milagroso". Omar Reygadas, el segundo entre los mayores del grupo, que anteayer había criticado a Yonni Barrios por romper el acuerdo de no hablar sobre ciertos temas, esta vez negó que existiera exigencia de silencio alguno.
"No hay pacto de silencio. No hay nada que esconder, nosotros adentro lo pasamos como compañeros, nunca hicimos algo de lo que nos avergoncemos. De lo que vamos a hablar lo haremos en grupo para que todos contemos la historia como fue. Ojalá sea un libro, para que todos sepan lo que vivimos adentro", explicó Reygadas.
Los mineros son tratados como estrellas de rock. En la mina San José, fueron recibidos por numerosas cámaras, cientos de familiares y curiosos que quisieron acompañarlos, formando un verdadero enjambre a su alrededor, lo que obligó a la intervención de los carabineros, para resguardar su seguridad.
"Es superlindo estar acá, en algún momento pensamos que la perforadora se había echado a perder, por eso ahora estamos muy contentos de estar con vida", dijo Claudio Yáñez.
"Es bonito estar donde estuvieron nuestros familiares", fue lo único que alcanzó a decir Urzúa, antes de ser escoltado por carabineros para evitar el increíble acoso de los medios.
En medio de la misa, más de 20 empleados de la minera San Esteban Primera SA, la dueña del pique San José, protestaron con gritos y pancartas exigiendo el pago de sus sueldos, y por la diferencia con el trato recibido por los 33.
EL 33 Y LAS COINCIDENCIAS
- Mensaje. La primera señal de vida de los 33 mineros fue una nota que ataron a la sonda. Sus caracteres, con espacios, suman 33.
- Semana. El mensaje fue encontrado por las autoridades el 22 de agosto, en la semana 33 de 2010.
- Protocolo. El recorrido en ambulancia desde la mina hasta el hospital de Copiapó debía durar 33 minutos.
- Fe. Cristo murió a los 33 años. Para los mineros más religiosos, fue una señal.
- Perforación. La perforadora T-130 excavó durante 33 días hasta encontrar el refugio donde estaban los mineros.
- Rescate. El rescate empezó el 13 de octubre, o el 13/10/10. Los números, sumados, dan 33.
- Quinielas. El día que empezó el rescate (13/10), en el sorteo matutino de la Lotería de la Provincia salió el número 11, "el minero" en los sueños. El día que terminó (14/10) salió el 33 en el nocturno.
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